Los estándares ESG
Hoy por hoy, la mejor recomendación es tener una autoevaluación propia utilizando métricas que ya estén estandarizadas. Además, esto ayuda a interiorizar conceptos.
Las compañías se dan cuenta, que cada vez mas necesario medir su compromiso en lo relativo a los criterios ESG.
El riesgo reputacional de tener mal sus criterios ESG, empieza a ser igual de relevante, que el riesgo financiero, o el operativo o el relacionado con la ciberseguridad.
Existen dos ámbitos de evaluación de los criterios ESG:
Los de la Compañía: basada en su actividad económica, productos y servicios y los procesos de producción o de desarrollo de los servicios.
Los de los Inversores: basada en los valores incluidos o los proyectos donde se ha invertido.
En cuanto a los estándares o certificaciones que pueden ayudar a mejor los criterios ESG nos encontramos:
ISO 9001: Apoya el contar con un sistema de gestión de la calidad, y tener una mejor satisfacción de cliente.
ISO 14001: Facilita tener un sistema de gestión medioambiental, teniendo un uso eficiente de los recursos y de la reducción de desperdicios, transmitiendo confianza de los grupos de interés.
ISO 26000: Ofrece una visión 360º grados, sobre cómo organizarse para tener un desarrollo sostenible.
Estándares GRI: Es el estándar de los informes en el ámbito de las métricas de sostenibilidad. En España casi el 100% de las empresas que cotizan en bolsa lo utilizan.
EMAS: Permite medir y evaluar el desempeño medioambiental.
Se preveé que las empresas van a estar obligadas por la regulación europea incorporar en sus planes de negocio los criterios ESG.
La Comisión Europea está dispuesta aplicar una nueva estrategia para avanzar hacia una economía más sostenible y circular y acabar con las operaciones de maquillaje.
Un claro ejemplo de ello es la decisión de destinar los fondos Next Generation a aquellos proyectos que contribuyan a una economía más ecológica, más digital, más resiliente y mejor adaptada a los retos de innovación que nos presenta el futuro.